martes, 10 de marzo de 2009

3 años después (II)

- Yo también te he echado de menos. - Contestó Cathy.

En esos momentos me pareció increíble, inconcebible que un tipo como yo pudiera haber dejado a una chica como aquella. Cathy tenía un problema de formas a la hora de las relaciones sociales, le daba igual estar hablando con el jefe de la diplomacia que con un ratero de tres al cuarto enganchado al caballo, ella siempre decía lo que pensaba, y en eso radicaba su libertad. No se sometía a nada ni a nadie, quizás todo eso era una muestra de inseguridad para los psicoanalistas, para mí era admirable. Estaba claro que todo aquello tenía sus pros y su contras, pero ahí, apoyada en esa barra con su botellín, volviendo a sonreír, ya no recordaba ninguno de esos contras, pero ni uno solo.

Siempre me han fascinado las chicas que al llorar son más atractivas, que la cara no se les deforma en una mueca de mejillas sonrosadas, boca retorcida y ojos hinchados si no que las lágrimas les deslizan por la cara mientras los ojos azules me miran con odio y altanería. Esa imagen me martiriza desde que me fui de su lado. El verla aquí, riendo, mientras me cuenta historias de sus trabajos y de su vida, es surrealista.

Desde que había escrito aquella carta y la había enviado a la misma dirección donde vivíamos juntos, sin muchas esperanzas a decir verdad, los nervios me habían consumido. Fumaba más que nunca, bebía más que nunca, era una bomba de relojería a punto de explotar.

Sandra había dado buena cuenta de ello. Después de casi un año juntos todo se acabó días antes de escribir la carta. Había supuesto la estabilidad en mi vida, hasta que me desperté una mañana y sin querer le dije:

- Cathy, ¿nos vamos a la playa hoy?
- ¿Cómo me has llamado?, ¿cómo me has llamado Tom?

Aquello devastó mi vida. Jamás se la había nombrado. A parte del correspondiente pollo de: "¿Quien coño es Cathy?" y las consiguientes explicaciones con la sorpresa de oír la palabra “coño” en su boca. Supongo que todos tenemos nuestro límite, todos rebosamos, todos. Le expliqué por encima que durante un tiempo viví en Boston, omití que sólo durante aquella época de mi vida me había sentido realmente feliz. Ella no entendió porque nunca le había contado nada, yo tampoco.

Ahora, de repente, y como todo en su vida, Cathy se las había apañado para llegar al sitio donde le había dicho que actuaría aquella noche, a miles de kilómetros de su hogar, en un sitio de donde no conocía ni el idioma.

-“Seragoussa?” ¿Y eso pertenece a este planeta?- Fue lo que me respondió cuando una vez le dije donde había nacido.

Ahora había venido hasta Cádiz, se habría dejado el dinero que no tenía en el vuelo, habría buscado en un mapa de un país lejano la puta ciudad, estaba bebiendo cerveza conmigo sólo porque yo, el tipo más egoísta del mundo, no había podido aguantar los delirios de una borrachera y se había liado a escribir en una carta lo que había callado durante tres largos años, el tipo más despreciable del mundo, aquel que no merecía ni besar la tierra que ella pisaba estaba ahí como un imbécil sintiéndose feliz, inmensamente feliz. Sintiéndose por fin en casa, dándose cuenta que el hogar estaba donde quiera que ella estuviese. Y ella no guardaba rencor, tenía algún tatuaje más y ni un gramo de rencor, si había alguien en este puto planeta que mereciera ser feliz esa era ella y no yo.

6 comentarios:

  1. Guaau!!!son tus experiencias reales??deje d creer en cuentos de hadas...pero tu los creas, jeje.
    Saludos de la chica.

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  2. Ánimo.
    Me ha gustado tu relato.
    Saludos

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  3. Hola!

    Gracias a los dos.

    PD: Son reales, aunque hay cosas que ya no se si pasaron o no, ya no soy capaz de distinguirlas...

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  4. Hola Tom, ¡¡buen blog!! Una buena promoción podría venir muy bien a tu blog porque tiene mucha calidad. Prueba a usar enchílame y sube algunos artículos tuyos, a mi me ha sido efectivo. Y una opinión mía: currate un titulo chulo y que no sea tan grande verticalmente, mejoraria muchisimo la interfaz, te recomiendo que usea el aaa logo para crearte un logo chulo y luego un fondo bonito y te quedaria de lujo.

    Bonito relato.

    Saludos

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  5. Gracias por el consejo.
    Quitaré la foto del panteón y pondre una de Boston desde el río Charles. No se si será más bonita pero al menos me trae más recuerdos y no es tan grande verticalmente.
    A ver si gusta.

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  6. Mucho mas chula Tom, y ademas se adapta genial al blog.

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