Es la certeza de que todo lo que malgasto hoy algún día lo pagaré. Es saber que la felicidad no puede durar y que necesito ser infeliz para escribir. Que ella me haga feliz y que el miedo a perderla empiece a germinar en mí es todo uno. Y mientras pienso esto y ella medio dormida en el sofá, con su cabeza en mi regazo, dice:
-Siento como si hubiera un monstruo en la cocina.
Nadie podría ser más brillante expresando sensaciones. Mi admiración me hace sentirla irreal, pero es que es magnífica en sus apreciaciones. "Yo también tengo miedo", pienso, pero de momento lo puedo controlar.
-El próximo viernes toca el grupo de Bill. ¿Vendrás?- Pregunta Cathy mientras se estira como un gato y el top negro de tirantes se vuelve más corto todavía.
-No me lo perdería por nada del mundo.
Lo complicado de saber que estás viviendo momentos irrepetibles y ser consciente de ello es que estás tan aturdido que apenas disfrutas.
Llegó el viernes y ella me esperaba en el bar, trabajaba allí por las noches, pero hoy estaría al lado correcto de la barra. Sólo escuchando, riendo y bebiendo. Nada de trabajar. Esta noche lo merecía.
Una vez en el bar tomé consciencia de todo y me sentí orgulloso, por una vez y sin que sirviera de precedente. Allí estaba yo, viviendo, sintiendo, haciendo lo que cualquier otro mortal pero que yo me había negado durante tanto tiempo.
Y entonces empezó, sentir los golpes de la batería en el pecho es único, vibrar con cada nota, saltar, reír. Seríamos 300 pero me sentía parte de aquello, por primera vez me sentía parte de algo más que no fuera pertenecer a ese oscuro pasajero que a veces habita mi cerebro. Era parte de Boston.
La miré, y ella me miró. “Torch Singer” sonaba de fondo, mal presagio, pero ella sonrío, puso sus brazos sobre mis hombros y me besó despacio, mientras la gente saltaba alrededor. Fue eterno, fui consciente que aquello no podía seguir subiendo, que aquello mañana sería el mejor recuerdo de mi vida, que a partir de entonces todo tendría que empezar a decaer, que la rutina nos consumiría, que sus besos se convertirían en habituales y no en extraordinarios, que sus escapadas a ninguna parte se volverían frecuentes, pero sorprendentemente lo conseguí apartar de mi. Y de repente, sin darme cuenta, sin pensarlo, lo dije:
-Te quiero Cathy.
Y mientras comenzaba una nueva canción me cogió de las manos, me miró muy despacio y me dijo:
-¿Qué coño estás diciendo Tom? ¿De qué cojones estás hablando?
martes, 24 de marzo de 2009
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Entender las reacciones de las chicas necesita un master, especialmente cuando sin darte cuenta tocas las tecla equivocada
ResponderEliminarEl master se me antoja pequeño, doctorado diría yo...
ResponderEliminarGracias por seguir pasandote por aquí.
PD: Un saludo a todas las lectoras, jejejej
A mi me gusta cómo escribis vos.
ResponderEliminarGracias por haber dejado un comentario en mi blog! SObre el Homenaje Postumo a mi Gato!
ResponderEliminarGracias de corazón!!
Gracias a los dos, espero seguir viendoos por aquí!
ResponderEliminar¿Para qué pensar tanto?...esa es la cuestión...jajaja.
ResponderEliminarSaludos de la chica.
Las chicas somos personas y pensamos como vosotros. Depende de si tenemos más enfatizado nuestro lado masculino o femenino nos entenderemos más o menos.
ResponderEliminarEs igual de complicado tratar de entender a las chicas, que entender en sí mismo. Mucha energía!!
Creo que es mejor aceptar que entender. Pero claro, es mi opinión. Y si, soy chica, pero no estoy tomando ninguna posición, jajajaj...
Lo se, lo se, jejjejejej. Era un caso puntual, no la entendía a ella en según que momentos, por eso al final decidí aceptarla, como tu bien dices.
ResponderEliminarGracias por pasarte por aquí. Ah! y me ha parecido magnífico tu blog. La palabra apropiada en el momento más oportuno.
Eso te pasa por decir esas cosas y a esas horas, jejeje. En serio, había que intentarlo, aunque la rspuesta fuera demoledora. Un abrazo desde el fríoooooo ártico
ResponderEliminarNunca le he dicho a una chica "te quiero" me parece que no aporta nada, eso se sabe porque se demuestra día a día. Si tienes o te lo tienen que decir algo va mal.
ResponderEliminarA mi me pasó algo así al revés, y cuando no lo esperas/deseas te deja un poco desconcertado.
No somos tan complicadas, es cuestión de prestar atención a los pequeños detalles... ;)
ResponderEliminarHubo un tiempo en el que yo también creía que necesitaba ser infeliz para escribir... al final se pasa.
Encantada de leerte :)