miércoles, 25 de febrero de 2009

Hoy

No soy lo que tú piensas, no soy un cobarde, sólo soy yo con mis aciertos y mis grandes fracasos. Soy Tom. Es cierto que con Cathy, llegué a ser algo más, algo que era mucho más que la suma de ambos, aunque suene manido y cargante repetir lo que repite todo el mundo. Quizás entonces amé y el resto es una invención más, pequeños juegos de palabras para darme la razón, para no asustarme. En Boston dejé algo más que recuerdos, abandoné una forma de vida que me hacía feliz. Mi felicidad era sentirme vivo, llevo muerto varios años.

Mi palabra preferida, devastador, es la que tengo que utilizar una y otra vez desde que hace casi un año, y más a menudo últimamente, me dedico a escribir lo que sentí. ¿Por qué lo hago? No lo sé. No sé donde estará Cathy, a Sandra me la encuentro alguna vez y hablamos. Mí rebeldía da pequeños coletazos, quizás no es el momento ahora, quizás no aprendí nada.

A la mierda.

Miento, sé porqué escribo, se como localizar a Cathy. Tengo miedo, luego siento, me ha vuelto a dejar de preocupar mi trabajo, mi vida accesoria que tantas veces he nombrado la estoy relegando a un segundo plano, luego me preocupa algo más importante, luego estoy vivo.

Soy capaz de mentirme a mí mismo. Me conozco, es el primer paso, soy cauto, desconfiado, lo voy a hacer, voy a mandar todo a la mierda… otra vez. Estoy a un paso, escribo para ratificarme, para acordarme de los pros y los contras de lo que viví, para volver y decir: “He vuelto” y que me griten, me golpeen, me insulten, me besen, me amen, en definitiva, que me acepten como soy porque estoy HARTO. Harto de la corrección en las personas que conozco, en los libros que leo, en los políticos que nos mal gobiernan, unos y otros, harto del: “discúlpeme, no lo había visto” y de los “tranquilo no pasa nada” cuando en el fondo sabes que te gustaría decir ” Sí me habías visto imbécil, lo que no te dio la gana de mover un dedo para apartarte”, harto de las empresas de ingeniería, harto de los directores con sus “No es propio de usted”…. Y una mierda pedazo de cabrón, no sabes nada de mí, nada, no sabes de lo que soy capaz, sólo crees que soy otro ingeniero que sólo sabe decir “Si señor director general, como usted mande señor director general” pues te equivocaste, hasta aquí hemos llegado, se acabó, no pienso ceder, no voy a claudicar, Cathy no lo haría, ella te mandaría a la mierda:
-No.
-¿Disculpe? Me parece que no le he entendido.
-Sí, sí me ha entendido Sr. Director General. He dicho NO. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. De hecho se me ha olvidado añadir. No… y que le den. No pienso seguir tragando esto. No voy a aguantar esta mierda ni un segundo más. No tengo ninguna obligación, es más, la única obligación la tengo conmigo y seguir aguantándole va en contra de mis principios. Me he dado cuenta tarde, pero más vale tarde que nunca, ¿no? Y tranquilo no se preocupe por mí, no voy a morirme de hambre, al contrario que usted tengo algo más que un título para poder ganarme la vida, tengo dos manos y no pienso utilizarlas para ponerlas en el cuello de aquellos que me rodean y asfixiarlos para poder pagarme con ello el puto Audi Q7. Yo al contrario que usted todavía sigo vivo. Y lo descubro porque estoy harto, harto de usted, harto de los ingenieros, harto de los arquitectos, harto de los artistas de pose, harto de la cortedad de miras que incluso yo padezco por contagio, pero de la que trato de zafarme, harto de los: “¿me quieres?” esperando un “SI”, estoy harto de la televisión, de los best-sellers, de los deportes de masas, harto de los imbéciles que clasifican a la gente en títulos universitarios, estoy harto del que grita en las bibliotecas con un cartel de “silencio” del tamaño de su puta cabeza encima de él, harto de los que se saltan los pasos de cebra con un Porsche Cayanne, harto del sistema, harto de los bancos, harto de la vida que estoy viviendo ,harto, harto, harto de todo cuanto me rodea. Con una intensidad que quema.

No puedo empezar con ganas de cambiarlo todo y acabar resistiendo para que al menos no me cambie a mí, no puedo declararle la guerra al universo, no puedo ir por la calle zarandeando a la gente para despertarlos, quizá porque ya son conscientes y yo me estoy enterando ahora de que todo esto es mentira. MENTIRA. No hay segunda oportunidad, todas las religiones mienten, no hay más, no puedo vivir con la espada de Damocles jugándolo todo a la carta del futuro, esta es mi vida, no existe otra oportunidad, no hay paraíso, ni siquiera infierno, no hay nada, no quiero conformarme, no quiero malgastar mi vida.

Lo siento tenía que gritarlo.

Voy a marcharme, tengo que encontrarla, destruiré todo lo que creé aquí, basado en el terror de ser yo mismo, me marcharé y seré libre. La encontraré y esta vez será la definitiva.

5 comentarios:

  1. Espero la encuentres!!!Algunos no tenemos tanto valor...
    Saludos de la chica ;)

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  2. Debe de ser una especie de epidemia, porque todos estallamos (o pensamos en hacerlo) últimamente... yo lo llamo el síndrome del ingeniero no vocacional.

    Ójala tengas el valor de escucharte a ti mismo porque dices grandes verdades.

    PD. Seguidor de Alfredo de Hoces? Ya tenemos dos cosas en común ;)

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  3. No, no tengo valor, exploto de puertas a dentro. Ayer sí, hoy no, mañana quien sabe...
    Tomo decisiones que luego evito. No tengo valor, de hecho creo que soy el más cobarde de todos.

    Saludos Isabel y Sara

    PD. ¿También tu tienes el sindrome?

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  4. Si te quejas has algo. Si no haces nada, para que te quejas?. Es muy simple, solo necesitas valor. Aunque se trata de un valor que puede ser tratado como estupidez. Pero acaso es estupido intentar ser feliz?. Acaso no es mejor arriesgarse que vivir quejandose? en tu riesgo puede que encuentres el fracaso, pero en tu inacción jamás el exito. Entendiendo siempre al exito como la calma y felicidad.

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  5. ¡Exacto! Sólo se necesita valor... gracias por leerme

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