miércoles, 14 de enero de 2009

En el parque


Photo: vivalibre574

Me gustan los días en los que vamos a merendar al Frog Pond en el parque central de Boston. Ella casi siempre lleva la misma ropa para esos días, unas pequeñas sandalias negras, con apenas cuatro tiras de cuero entrelazadas y un vestido de tirantes negro y corto con unas pequeñísimas flores estampadas. Se dedica a dormitar a la sombra de un árbol, con ese césped suave y húmedo que no había visto crecer en ningún sitio como aquí.
Es agradable estar recostado contra un árbol, leyendo, con su cabeza apoyada en mis piernas.
Pasado un rato se levanta y se mete en el pequeño estanque donde el agua le cubre hasta la mitad de la pantorrilla, hay niños jugando, gente refrescándose.

Hace sólo unos meses esto era una pista de hielo, me invitó a patinar, se sorprendió al decirle que no sabía, que del sitio de donde venía no nevaba en invierno y que de hecho odiaba toda esa mierda blanca amontonada en las calles, acechando para hacerme caer. Entonces se empeñó en enseñarme y yo le dije que no, que moriría tranquilo aunque no supiera patinar, que me parecía ridículo dar vueltas y vueltas sólo por el hecho de deslizarse. Era estúpido igual que toda esta parafernalia de la navidad, entonces me besó, contra todo pronóstico ella me besó por primera vez, despacio, casi sin querer, a traición, con sorprendente ternura.

- Yo pienso ir a patinar, así que ahórrate tus discursos, pienso seguir disfrutando de todo esto y no vas a venir tu con tu ridículo acento a decirme que soy estúpida por hacer lo que hace todo el mundo. Mírate, eres el único que está afuera, ¿por qué te empeñas en ser infeliz?, ¿por qué no coges lo que te gusta?, sin preguntar, sin soltar discursos, sin compadecerte de ti mismo. Eres un jodido imbécil.

Dio media vuelta y desapareció entre la gente. Cathy me había besado y yo era un pasmado al que le habían dejado sin saber que responder. Había pensado que la primera vez que tratara de besarla yo iría lo suficientemente borracho y me acabaría partiendo la cara el novio de turno, sino ella misma, si todo iba bien acabaríamos follando en mi piso y me partirían la cara al día siguiente. Pero todo muy superficial, todo muy primario, sin posibilidad de destacar entre el resto de recuerdos. No había sido así, y no sabía que decir.

- No quiero estar solo, tampoco se me da bien estar acompañado, pero lo que es seguro es que no quiero patinar.

Y me largué. Ella no estaba allí para oírme, pero al menos fui capaz de decirlo en voz alta. Es memorable la capacidad que tengo para poner el colofón a momentos importantes diciendo tonterías.

Hoy con el verano encima la veo distinta, sigue siendo la misma chica mal hablada, pervertida, de sonrisa y mirada manipuladora, capaz de hacer callar a un equipo de football ebrio cuando sube a un escenario y empieza a cantar, pero hay algo de ternura en la manera que dice "blow me" cuando algo le jode sobremanera, creo distinguir cariño cuando follamos en los baños de un bar y a veces hasta sonríe sólo por el hecho de sonreír, no para conseguir nada de mí.

Ahora la veo andar por el agua, jugando con los niños, dejándose mirar por los padres, siendo el objetivo de la censura de las madres, riendo, corriendo y el miedo vuelve a apoderarse de mí. "No pienses en mañana, no pienses en mañana" repite sin cesar, pero empiezo a no poder pensar en otra cosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario