jueves, 18 de diciembre de 2008

Es por el viento

- ¿Luis? ¡hola!.

Algo tan sencillo como esto, un simple saludo, ha significado más de lo que podía esperar. También es cierto que pensaba que Luis estaba muerto, no en sentido metafórico como otras muchas veces con otra mucha gente, no, muerto, en el sentido literal.
La última vez que lo vi luchaba contra un cáncer y la cojera, debido a una artrosis incipiente en su rodilla izquierda, le daba un aspecto mas bien desvalido que se esfumaba en cuanto abría la boca. Puro torrente de energía en todo aquello que emprendía. Cuando volví y llamé preguntando por él me dijeron que "ha causado baja de manera voluntaria y ya no presta sus servicios en el departamento de ingeniería de la empresa". Pensé que se había largado a morir.
Hoy, 11 años después, lo he vuelto a ver.

- Hola, ¿qué tal tu vida chaval?

¡Joder!, el volver a oír lo de "chaval" ha sido un viaje en el tiempo.

- ¿Qué coño estás haciendo sentado delante del ordenador? Mueve tu culo y sal fuera a poner orden entre toda esa gente.

Quizá el tiempo sólo deja las partes buenas de la gente si el saldo con el que acabas la relación es positivo, pero es que ya entonces advertí que aquel hombre no estaba formando a un trabajador, quería formar a una persona, me miraba y se reconocía en mi, y yo lo miraba y tenía mis dudas de si yo llegaría a ser ese hombre dentro de 40 años. Sobre todo por su excesiva tendencia a las putas y el alcohol en que había caído últimamente. Pero tenía 55 años, un cáncer, un divorcio recién estrenado "con la única mujer que había amado en su vida" y un resentimiento enorme hacia la gigantesca empresa internacional por la que había sacrificado casi toda su vida sin recibir nada a cambio, excepto un alto puesto de responsabilidad que le había causado todos los males, así que sabía que no tenía ningún derecho a juzgarlo.

Me tuvo durante dos años pasando frío y calor, haciéndome trabajar duro, siempre fuera del despacho, a pie de campo, mientras mis compañeros de promoción aprendían a mover el dedito y mandar hacer cosas que no sabían ni remotamente lo que significaban, tratándome con total respeto, respondiendo ante mis fallos y dándome la confianza necesaria para aprender a decir que no a exigencias estúpidas de jefes estúpidos, a olvidar lo que había aprendido en la universidad para volver a aprender, a hacerme valer por mi esfuerzo y talento, a no ser uno más de esa masa informe que al final le estaba engullendo a él.
He querido contarle todo lo que me ha pasado durante todos estos años, pues sentía que él era en parte responsable de mis aciertos.

- Al poco de irte tú me largué, fui a la universidad otra vez, estudié historia del arte y ahora me dedico a viajar y por fin a escribir. ¿Y tú?, ¿qué haces ahora chaval?

Lo he visto más joven que antes, su cojera había desaparecido, su mirada, igual de decidida, transmitía alegría... estaba vivo.

- Volví. Sigo trabajando en lo mismo. Todo va bien.

Breve, conciso, ni una sola palabra de lo que quería decirle, todo verdad, excepto lo último.
Le he dicho donde trabajaba, que se pasara algún día. Pero quería decirle que estoy en camino de cometer sus mismos errores, que no me atreví a hacer lo que quería y que cada día estoy más lejos de ser quien era. Que ya no pongo pasión en lo que hago, porque ya no creo en ello, porque me estoy dejando robar cada día. Que sólo despierto a veces, que mis momentos de lucidez son escasos y los de valentía nulos.

- Me alegro de verte chaval. Si todo te va bien sigue así.

- Luis, yo también he intentado escribir más, tocar más, volver a Boston, vivir, sentir, pero no tengo tiempo, no tengo valor, esta vida es cómoda, no piensas, pero hace unos meses Cathy apareció de la nada en Cádiz, ahora apareces tú, todo me recuerda que antes era feliz, que antes creía en mi.... Pero en vez de eso, sólo respondo:

- Pásate algún día, de verdad. Me alegro de verte.

Un apretón de manos.
Nos vamos.
Me siento incomodo. Trato de pensar. Tengo ganas de vomitar. El ruido del tráfico ahoga lo que se agita en mi cabeza, ahoga a Luis, a Cathy, ahoga mi otro mundo.
Tengo una reunión en 20 minutos, llego tarde, tengo que darme prisa.
Mierda de viento, levanta polvo y se me mete en los ojos. Eso es, es por eso, por el viento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario